El CEU viaja a Tierra Santa para encontrarse con los pilares que nos sostienen como universidad católica

Una expedición del CEU, formada por profesores de la Universidad San Pablo y miembros de la ACdP visitó los Santos Lugares para “en un sitio en que todo se relaciona con el Todo, plantearnos qué nos implica ser parte de una universidad Católica” explica el P. Jesús Robledo, capellán de la Facultad de Humanidades,  a lo que el P. Isidro Molina Capellán de Económicas y Derecho añade “en Tierra Santa la memoria arqueológica e histórica pasa a la memoria afectiva sin barrera, señala el hecho humano, lo humano señala lo religioso y lo religioso señala lo católico”. En este sentido se visitaron los principales escenarios de la Salvación: la peregrinación se inició en Nazaret meditando la importancia del sí de María, se recorrieron los lugares de la llamada a los discípulos en torno al lago Tiberiades, en Jerusalén se contemplaron  la Pasión y la Resurrección recorriendo el Viacrucis y rezando en el Santo Sepulcro, y se concluyó en Emaus con la mirada puesta en el envío de los discípulos. La peregrinación también incluyó una mirada al voluntariado en el marco de la que el grupo CEU participó en diversas reuniones para poner en marcha líneas de trabajo en Tierra Santa para los alumnos a partir del próximo verano: las Hermanas del Verbo Encarnado, Los Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa y la Universidad Católica de Belén.

       El encuentro con las Religiosas del Verbo Encarnado permitió conocer su trabajo acogiendo personas con discapacidad severa que en su sociedad son considerados una maldición. Amalia Pedrero, profesora de la facultad de Humanidades describe esta casa de acogida “como un lugar en el que se refleja claramente  que cada persona es una creatura de  Dios, donde en cada niño con capacidades diferentes las Hermanas reconocen al niño Jesús”.

 El voluntariado en la casa de las Hermanas del Verbo encarnado se propondrá a las facultades de Medicina y Fisioterapia, mientras que para la facultad de Humanidades, en el encuentro con Franciscanos, se estudiaron vías de voluntariado que apoyen la rehabilitación y actualización de la excavación arqueológica en el Campo de los Pastores, uno de los posibles lugares donde los ángeles se aparecieron a los  pastores para anunciarles la venida del Mesías.

“Esta intervención arqueológica y museológica no estriba tan sólo en la conservación de dicho patrimonio sino que también se pretende apoyar la labor de la Custodia mejorando el lugar para uso de los peregrinos- explica Hipólito Sanchiz, profesor de Historia-  cosa que también tendría el efecto de  ayudar a la comunidad cristiana local, en peligro de desaparición y muy dependiente,  desde el punto de vista económico, de las peregrinaciones”. En el caso de la Universidad Católica de Belén, la expedición CEU se reunió con el responsable del Área Internacional y conoció su situación de cara a un posible apoyo académico. El P. Isidro Molina, señala el valor de un voluntariado con la vista puesta en los Santos Lugares: “Tierra Santa nos corrige, en un mundo donde predomina la eficacia y el cálculo aquí uno es testigo del milagro de la gratuidad”.

Gratuidad que como explica el capellán de económicas se concreta en “la presencia de religiosas que hacen palpable el milagro de ser vírgenes y paradójicamente madres de los hijos que no tienen madre, y de frailes cuya presencia allí es de más de 700 años y gozan de la autoridad moral que les da su modo de ser y de estar”.