El pasado 1 de diciembre se celebró en la UAO un monográfico en el marco de las Education Talks
La innovación en la educación resulta fundamental para garantizar la calidad docente de nuestras aulas, y esto lo conocen muy bien en la Universitat Abato Oliba CEU, que mediante su plataforma Education Talks, abogan por unas aulas innovadoras, donde el éxito en la educación de nuestros alumnos es lo primero. Cada año, esta plataforma realiza una sesión monográfica donde se tratan los temas que más preocupan al sector docente, y este año ha estado enfocada a la educación emocional, un asunto que está cada vez más presente en el mundo educativo, y que señala la importancia de situar los aspectos emocionales a la altura de los cognitivos.
Cuando se reflexiona sobre educación emocional, la empatía es un concepto que, ineludiblemente, tiene que salir. Ha sido la especialista en educación emocional, que es miembro del Comité Científico del Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar, Anna Carpena, la que ha dedicado más tiempo a este aspecto. Una empatía completa, ha expuesto, no consiste sólo en comprender las emociones del otro, sino también “sentir y actuar”. Si no se dan los tres elementos, no se puede hablar de una empatía de verdad.
Carpena ha explicado que los primeros tres años de vida son la etapa clave para el desarrollo de la empatía. Es el período de vida en que más “impacto en el cerebro” generan los estímulos que llegan de la familia, la escuela y la cultura. Sucede, sin embargo, que la cultura hoy dominante no es propicia para la formación de personas empáticas. “Vivimos en medio de una cultura violenta que nos insensibiliza”, ha lamentado.
Esta especialista también ha defendido que la educación emocional se “sistematice” en la escuela con unos “objetivos”. El termómetro de que el centro está trabajando bien lo proporciona el “deseo del niño de hacer el bien. La bondad es uno de los elementos más importantes para demostrar que el niño es emocionalmente inteligente”.
No hay emoción sin idea
Para formar en educación emocional hay que entender que ésta consiste no tanto en entender la emoción como en desvelar la idea que hay tras ella. Por ejemplo “tras la indignación siempre está la idea de justicia”. Por esto, la solución ante una emoción negativa no es cambiar el pensamiento, sino determinar cuál es el motivo y decidir qué hacer al respecto. “Lo que nos diferencia no son las emociones, ya que, al final, todos sentimos las mismas, sino la sabiduría con que las iluminamos”, ha subrayado el profesor de Filosofía y Educación emocional en Saint Peter’sSchool y colaborador del Ateneu de l’Alliançe française de Sabadell, Josep Soler.
Conocer y controlar la emoción es un asunto central para la vida, según describe el propio Soler. “Las emociones afectan a nuestra manera de ver las cosas y, por esta razón, gestionarlas es la llave que nos permite controlar cómo vivimos la vida”
Escuelas emocionalmente inteligentes
La escuela tiene ante sí un gran reto: integrar la educación emocional como elemento vertebrador del proyecto educativo. El director de la Escola Joviat, Jordi Vilaseca, ha señalado los tres pilares en los que este centro cimienta su proyecto educativo en relación a la educación emocional: “pertenencia, un orden en el que todo el mundo tenga su sitio y equilibrio entre el dar y el recibir”. Como iniciativas en las que cristalizan estos pilares, Vilaseca, que también es vicepresidente de la Fundación Joviat, ha aludido a las “tutorías compartidas y los talleres de consciencia”. El objetivo es hacer una “escuela emocionalmente inteligente, sensible, que deje entrar la vida al tiempo que mira hacia el mundo”.
Mirar hacia dentro para percibir lo de fuera
Pero para mirar hacia fuera de una forma receptiva, primero hay que proyectar una mirada al interior de uno mismo. Así lo creen en la Escola Nuestra Señora de Lurdes, que lleva años poniendo en práctica un “pionero” proyecto de interiorización. “Vivimos en un ambiente lleno de estímulos y de cambios, que empuja a mirar hacia fuera. Nosotros consideramos importante educar la mirada interior con ejercicios y espacios de silencio que propicien motivos que inviten a sostener la acción, que desarrolle la capacidad de admirarse, sorprenderse e interrogarse”, ha destacado la directora de este centro educativo, Mireia Trias.
El director de los grados de Educación, Mariano Bártoli, ha pronunciado unas palabras de cierre. En su intervención, ha destacado la influencia que ejerce el maestro y la necesidad de que sea coherente con lo que predica. “Si queremos hacer que nuestros alumnos deseen el bien, gran parte de este objetivo parte de la vida del maestro”.