«¿Adónde vas?», Quo Vadis? en latín, es la pregunta que Simón Pedro hace al Señor después de la última cena, justo después de que éste haya enunciado un nuevo mandamiento, recibiendo la respuesta «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde» (Jn 13:36). Tras ello, Pedro afirma que dará su vida por Él, a lo que Jesús le responde que le negará tres veces. Estos versículos, cargados de dramatismo, nos muestran la determinación de Cristo en su misión y de la fragilidad de Pedro, un simple hombre, que pese a todo le seguirá luego en sus enseñanzas y en su destino final: el martirio.
El lema del XXVI Congreso Católicos y Vida Pública «Quo Vadis? Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre» nos invita a reflexionar sobre el camino que debemos seguir como comunidad de fe, en un mundo que se encuentra ante una pérdida de referencias permanentes y una crisis de valores, en la que el materialismo y el relativismo moral parecen prevalecer sobre las raíces espirituales.
En este congreso, que se celebrará los próximos días 15, 16 y 17 de noviembre de 2024, nos proponemos retomar esta pregunta milenaria para aplicarla a nuestra realidad contemporánea. ¿Adónde vamos como sociedad? ¿Cuáles son los desafíos que enfrentamos? ¿Cómo podemos construir un futuro más justo y humano? Reafirmando en la búsqueda de respuestas nuestro compromiso con los valores cristianos y con la construcción de un futuro mejor.
Quo Vadis? en la cultura
El término «Quo Vadis» ha trascendido sus orígenes neotestamentarios, influyendo en diversas expresiones culturales. Son dos los hitos principales del auge de la expresión latina en el acervo popular:
- La novela histórica Quo Vadis? del Nobel polaco Henryk Sienkiewicz, publicada en 1896, que se convirtió en un best-seller mundial, especialmente en el Reino Unido y los Estados Unidos.
- Las adaptaciones cinematográficas, sobre todo la de Mervyn LeRoy de 1951, que revolucionaron la forma de hacer películas históricas, convirtiéndose en un éxito de taquilla y en un clásico frecuente en las televisiones durante la Semana Santa.
Muchos artículos de prensa recuerdan que el título de la novela no gravita en torno al pasaje del Evangelio de Juan, sino en un relato contenido en el evangelio apócrifo de Pedro. Según este texto, el apóstol habría dicho «Quo vadis, Domine?» (una inversión de la expresión latina de Juan 13:36) mientras huía de Roma para salvarse de la persecución de los cristianos ordenada por Nerón, a lo que Jesús habría respondido: «Voy a ser crucificado en Roma por segunda vez porque mis propios discípulos me abandonaron». Avergonzado de su cobardía, Pedro regresa a Roma para afrontar su destino: el martirio. Este evangelio, escrito en el siglo II en Siria o en la Palestina romana, apareció en forma fragmentaria en Egipto en el invierno de 1886-87. Se estima que el autor utilizó como fuentes los sinópticos y que nunca ha formado parte de los textos canónicos; el texto presenta a Pedro como narrador en primera persona.
Esto es cierto y podría dar la impresión de que el libro y la película no están realmente conectados con el catolicismo, pero no es así. Henryk Sienkiewicz, nacido en una empobrecida familia noble polaca, era católico y utilizó ese relato porque formaba parte de la tradición desde hacía muchos siglos. Uno de los primeros lectores católicos de la novela fue el Papa León XIII, a quien se le entregó una versión en latín y que le dio la bendición al libro. Este Papa es uno de los más relevantes en la historia de la Doctrina Social de la Iglesia, gracias a su encíclica Rerum novarum.
¿Cómo llegó esta segunda escena de «Quo Vadis?» a formar parte de la tradición católica? La clave está en la obra de un dominico en un período histórico de la Baja Edad Media profundamente agitado.
«San Pedro, apóstol» por Santiago de la Vorágine (s.XIII)
Aunque el apócrifo de Pedro no forma parte de los textos canónicos, el pasaje relativo al encuentro de Pedro y Jesús en Roma sí formó parte de la tradición hagiográfica sobre Pedro. La referencia culta más notable se encuentra en la hagiografía de San Pedro que incluyó a Santiago de la Vorágine en su libro La leyenda dorada . El beato italiano Jacobo da Varazze o Santiago de la Vorágine (h. 1228-1298), escribió esta obra entre 1250 y 1280. Pertenecía a la orden de los dominicos y terminó siendo arzobispo de Génova. La leyenda dorada buscaba propiciar la religiosidad popular, y lo logró ampliamente, aunque, como indicaron los humanistas Juan Luis Vives y Melchor Cano, carece de rigor histórico. Los relatos de cada santo no persiguen la precisión histórica sino la ilustración de modelos de vida dignos de emulación. El pasaje sobre San Pedro es el siguiente:
«Cuando Pedro salió de la cárcel, sus hermanos en la fe le rogaron que huyera de la ciudad, y, aunque él al principio se resistió a hacerlo, finalmente convencido por ellos se dispuso a salir de Roma, y al llegar a una de las puertas de la muralla
situada en el lugar que actualmente lleva el nombre de Santa María «ad passus», según la versión que de este hecho nos han dejado san Lino y san León, vio a Cristo que venía hacia él. Pedro, al verlo, le dijo:
—Domine, quo vadis? o sea, Señor, ¿adonde vas?
—A Roma, para que me crucifiquen de nuevo.
— ¿Para que te crucifiquen de nuevo? —preguntóle Pedro.
—Sí —contestó el Señor.
Entonces Pedro exclamó:
—En ese caso me vuelvo para que me crucifiquen también a mí contigo.
En aquel preciso momento el Señor subió al cielo ante la mirada atónita de san Pedro que comenzó a llorar de emoción, porque repentinamente se dio cuenta de que la crucifixión de que Cristo había hablado era la que a él le aguardaba,
es decir, la que el Señor iba nuevamente a padecer a través de su propia crucifixión. Inmediatamente pues, volvió sobre sus pasos, se internó en la ciudad y refirió a los hermanos la visión que había tenido. Poco después, los soldados de Nerón lo detuvieron, y en calidad de prisionero lo condujeron a la presencia del prefecto Agripa. Según el relato de san Lino, la cara del apóstol, al comparecer ante el juez, brillaba como el sol.» (La Leyenda Dorada, p. 351)
El libro tuvo un fuerte impacto en la cultura europea durante la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. Su prestigio entre los artistas fue inmenso; usaron sus relatos para pintar y esculpir escenas devotas, incluidas las relativas a San Pedro. Es uno de los repertorios iconográficos más utilizados en el arte occidental desde el período tardomedieval hasta el siglo XIX. Santiago de la Vorágine fue objeto de devoción en Génova y Savona y también por los dominicos, siendo ratificado como beato por el Papa Pío VII en 1816, permitiendo su festividad como santo en estas regiones y en su orden.
Este relato subraya la lucha interna de Pedro y su compromiso con su fe, ofreciendo una reflexión conmovedora sobre la vocación cristiana. La frase «Quo Vadis» invita a los creyentes a considerar introspectivamente sus propios caminos espirituales, en sintonía con la narrativa cristiana de sacrificio y amor. La pregunta que Pedro le plantea a Jesús puede interpretarse como un llamado al discernimiento sobre el propósito personal y la misión dentro de la vida cristiana, reflejando inquietudes contemporáneas sobre la vocación y el llamado divino.
La leyenda dorada está disponible en español en una de sus ediciones más recientes, publicada por Alianza Forma en dos tomos y traducida directamente del latín por fray José Manuel Macías, OP.
Quo Vadis, Domine? en España (s.XVI)
Las exposiciones de Edades del Hombre han mostrado en las últimas décadas la existencia de obras basadas en la escena de la pregunta de Pedro. Una de ellas, procedente de la Iglesia de Nuestra Señora del Patrocinio, de Cuevas de Provanco, Segovia, fechada entre 1506 y 1515. Se trata de un óleo sobre tabla de 94 x 54 cm.
También se ha expuesto un bajorrelieve policromado del terracampino Pedro de Bolduque, procedente de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, de Valladolid y datada de 1585. En ella aparece Jesús con la cruz y también Pedro, arrodillado ante él, observándose al fondo las murallas de una ciudad. Esta iconografía revela que se trata de la escena del encuentro en Roma, y no de la del evangelio de San Juan.
Domine, Quo Vadis?, de Annibale Carracci (1601-1602)
Domine, quo vadis?, también llamada Aparición de Cristo a san Pedro en la Vía Apia, es una pintura del boloñés Annibale Carracci inspirada en el relato de La leyenda dorada de Santiago de la Vorágine, la obra fue pintada en su etapa de madurez de Carracci y se encuentra actualmente en la National Gallery de Londres.
En el cuadro se representa a Jesucristo con la cruz, señalando hacia Roma. A la derecha, Simón Pedro aparece sobresaltado, retrocediendo ligeramente. El artista contrapone la figura de Cristo, escorzada y dinámica, vestida con una tela roja, con la de Pedro, más pesada y plana, ya anciano y vestido con los otros colores primarios: azul y amarillo. La composición de Carracci enfatiza el dramatismo del momento en que Pedro, tras reconocer a Cristo, queda perplejo ante la inesperada aparición. La gestualidad de las figuras y el uso simbólico del color reflejan el dilema interior de Pedro, quien inicialmente huye de Roma por temor a la persecución, pero, al encontrarse con Jesús portando la cruz, comprende su llamado al sacrificio. Este encuentro se convierte en un punto de inflexión, sugiriendo la inevitabilidad de la entrega total a la fe. Carracci capta así no solo un instante narrativo, sino también un mensaje profundo sobre el valor del martirio y la misión de la Iglesia.
Iglesia del Domine Quo Vadis (s.XVII)
Conocida formalmente como Chiesa di Santa Maria delle Piante pero más popularmente llamada iglesia del Domine Quo Vadis, esta iglesia está construida en la Vía Apia, donde, según la tradición, Jesucristo se apareció a Pedro cuando este huía de Roma para escapar del martirio. En este lugar existía un santuario del siglo IX que, tras ser destruido por una tormenta, fue reconstruido en 1637 por orden del cardenal Francesco Barberini. La iglesia actual, inaugurada en 1649, recibió una nueva fachada.
La presencia del apóstol Pedro en esta zona se considera probable, ya que en las Catacumbas de San Sebastián se encuentra un epígrafe que reza «Domus Petri».
En el centro de la iglesia se encuentra una losa de mármol con huellas de pies, que se consideran una señal milagrosa dejada por Jesús. Las huellas visibles actualmente son una copia de la original, que se conserva en San Sebastián extramuros.
También hay una columna moderna con un busto en bronce de Henryk Sienkiewicz, autor de la novela Quo Vadis?, quien, según se dice, se inspiró para escribir su obra mientras estaba sentado en esta iglesia.
Quo Vadis?, la novela de Henryk Sienkewicz
Quo Vadis?, publicada en 1896, está ambientada en la antigua Roma durante el reinado del emperador Nerón, un período marcado por la decadencia moral y la brutal persecución de los cristianos. Sienkiewicz reconstruye meticulosamente la atmósfera del Imperio Romano, destacando el marcado contraste entre la vida hedonista de la élite romana y la existencia humilde y moralmente fundamentada de la comunidad cristiana. Esta obra es una piedra angular de la ficción histórica, que sumerge a los lectores en las complejidades de la sociedad romana de la época. La narrativa entrelaza de manera intrincada temas de amor, fe, coraje y la lucha entre el bien y el mal.
El libro fue un éxito en Gran Bretaña y Estados Unidos, donde ya en 1897 se alzó en el primer puesto de los libros más vendidos. La adaptación de Hollywood en 1951, dirigida por Mervyn LeRoy, supuso un éxito de taquilla tan grande que rescató a un estudio, MGM, que estaba al borde de la bancarrota. Fue entonces cuando apareció la primera versión en español traducida directamente del polaco (la novela ya circulaba en España pero en traducciones indirectas).
El libro gravita en varios ejes que son de enorme interés:
1. El conflicto dramático entre cristianismo y paganismo
La novela explora la tensión entre el mundo cristiano y el pagano, simbolizada por el choque entre los valores del amor, el perdón y el sacrificio predicados por el cristianismo y los valores del poder, la dominación y el exceso representados por el Imperio romano. Se aborda a través del romance entre Marco, un patricio romano, y Ligia, una mujer cristiana. Su relación muestra la tensión de una sociedad en transición, lo que plantea profundas preguntas sobre la fe, la moral y el sentido de la existencia en un mundo cambiante. Este conflicto fundamental es un tema central, que muestra al cristianismo como una fuerza transformadora que desafía y triunfa sobre la brutalidad del paganismo romano.
2. La transformación de Marco Vinicio
El protagonista, Marco Vinicio, comienza como un orgulloso patricio romano que tiene poco respeto por la fe cristiana. Sin embargo, su amor por la cristiana Lygia lo lleva a la comunidad cristiana, donde es testigo de sus valores y sacrificios. Su transformación gradual de un noble romano egocéntrico a un seguidor de Cristo refleja el tema más amplio de la redención y el despertar espiritual.
3. La figura de San Pedro
San Pedro aparece como figura central en la novela, encarnando el coraje, la sabiduría y la humildad de los primeros líderes cristianos. Sienkiewicz presenta a Pedro como el ancla espiritual de la comunidad cristiana en Roma. La escena de Quo Vadis, donde Pedro se encuentra con Jesús mientras huye de la persecución, sirve como punto de inflexión, reafirmando su fe y dedicación a su misión, lo que lo lleva de regreso a Roma para enfrentar el martirio.
4. Nerón como símbolo de la tiranía
La novela examina críticamente la naturaleza del poder y la corrupción bajo el régimen tiránico de Nerón. Este es representado como un emperador tiránico y moralmente corrupto. Su persecución de los cristianos, en particular tras el Gran Incendio de Roma, revela el tema de la novela: el martirio y el triunfo definitivo de la fe sobre la tiranía. Sienkiewicz utiliza el personaje de Nerón para criticar el abuso de poder y los peligros de una sociedad carente de valores morales y espirituales. Destaca el impacto devastador de la autoridad sin control y de la ambición personal.
5. El poder del amor y del perdón
La historia de amor entre Marco y Lygia no es solo romántica sino también transformadora, ya que le presenta a Marco los valores cristianos del amor, la compasión y el perdón. La relación sirve como recurso narrativo para ilustrar el poder de la ética cristiana en superar la corrupción personal y social. A través de Marco y Lygia, Sienkiewicz muestra que el amor verdadero tiene sus raíces en el autosacrificio y el respeto mutuo, temas centrales en las enseñanzas cristianas.
6. Martirio y sacrificio
Un tema destacado a lo largo de la novela es el concepto del martirio. Los personajes cristianos de la novela sufren una persecución severa, incluida la tortura y la muerte en el Coliseo romano. Estos sacrificios se presentan como actos de profunda fe, que ilustran el compromiso inquebrantable de los primeros cristianos y los posicionan como héroes morales que desafían la crueldad del poder romano.
7. El momento «Quo Vadis»
El título de la novela hace referencia al encuentro «Quo Vadis?» entre Pedro y Jesús, un momento crucial que simboliza el llamado a la fe y al sacrificio. En esta escena, Pedro huye inicialmente de Roma pero, al encontrarse con Jesús, se da cuenta de que debe regresar para enfrentar su destino. Este momento captura el mensaje central de la novela sobre el coraje necesario para seguir la propia fe, incluso hasta el punto del martirio. Resalta el llamado divino y el papel de Pedro como pastor dispuesto a dar su vida por su rebaño.
8. Impacto cultural y legado de la novela
Quo Vadis? se convirtió en un éxito internacional e influyó significativamente en la representación del cristianismo primitivo en la cultura popular. Sus temas de fe, amor y sacrificio resonaron entre lectores de diferentes culturas e inspiraron numerosas adaptaciones al cine, la ópera y otros medios. La representación que Sienkiewicz hace de la virtud cristiana frente a la persecución proporcionó una visión renovada de la historia cristiana, enfatizando la resiliencia y la fuerza moral de la fe. El impacto cultural de la novela ayudó a popularizar la frase «¿Quo Vadis?» y su asociación con temas de fidelidad y coraje en la adversidad.
8.1. Ópera: Quo Vadis (1909)
Jean Nouguès compuso una ópera basada en Quo Vadis?, que se estrenó en París. Esta adaptación transformó la narración en una puesta en escena lírica y dramática. Aunque no es tan conocida hoy en día, esta adaptación operística mostró la versatilidad de la historia, adaptando sus temas para el escenario operístico y agregando una dimensión musical a la profundidad emocional de la novela.
8.2. Cine mudo italiano: 1913 y 1924: Quo Vadis (1913)
Quo Vadis?, dirigida por Enrico Guazzoni en 1913 fue una de las primeras adaptaciones cinematográficas de Quo Vadis? y un hito importante en la historia del cine. Se destacó por su gran escala y sus elaborados decorados, que ayudaron a establecer el género épico en el cine. Esta adaptación sentó un precedente para las epopeyas históricas posteriores e influyó en cómo se retrataban las historias bíblicas e históricas en el cine. Se puede ver una versión integra y restaurada en Youtube:
La versión italiana de 1924 fue dirigida por Gabriellino D’Annunzio, hijo del famoso escritor Gabrielle D’Annuncio y Georg Jacoby y protagonizada por Emil Jannings, Elena Sangro y Lillian Hall-Davis. Esta producción italiana llevó la historia a una nueva audiencia en la era posterior a la Primera Guerra Mundial, enfatizando temas de redención y fe. Como película muda, se basó en gran medida en la narración visual, centrándose en vestuario elaborado y diseño de escenarios para transmitir los elementos morales y espirituales de la historia. También es accesible en Youtube:
8.3. Película: Quo Vadis (EEUU, 1951)
Dirigida por Mervyn LeRoy, esta producción de Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) es una de las adaptaciones más famosas. Protagonizada por Robert Taylor, Deborah Kerr y Peter Ustinov como Nerón, llevó la historia a una audiencia global con vibrantes colores y grandes decorados. Tuvo una inversión récord, de 7,5 millones y fue rodada en los estudios de Cinecittà. Nominada a ocho premios Oscar, esta adaptación es icónica por su representación del martirio cristiano y la decadencia romana, consolidando el lugar de la historia en la cultura popular. Fue la película más taquillera de ese año, convirtiéndose en una de las producciones más rentables de la historia del estudio y revolucionando la forma de realizar películas históricas, que tuvieron después un importante auge.
8.4. Miniserie italiana: Quo Vadis? (1985)
Esta miniserie italiana, dirigida por Franco Rossi, fue protagonizada por Klaus Maria Brandauer como Nerón y adoptó una visión más dramática e introspectiva de la novela. Esta adaptación permitió una exploración más profunda de los personajes y los temas, brindando al público una representación matizada de la lucha entre el cristianismo y el poder romano.
8.5. Película: Quo Vadis (Polonia, 2001)
Dirigida por Jerzy Kawalerowicz, esta adaptación fue un acontecimiento cultural importante en Polonia, la patria de Sienkiewicz. La película se ciñó fielmente a la trama y los temas de la novela, mostrando el orgullo polaco por la obra de Sienkiewicz. Como una de las películas polacas más caras de la época, destacó la conexión de Polonia con la novela y contribuyó a la tradición cinematográfica del país.
8.7. Miniserie de televisión: Quo Vadis? (2002)
Esta miniserie de televisión polaca se produjo después de la adaptación cinematográfica de 2001 y ofreció un formato extendido para un desarrollo más profundo de los personajes. El formato de miniserie permitió una exploración más detallada de los temas complejos de la novela, ampliando el compromiso de la audiencia con la historia.
8.8. Adaptaciones radiofónicas
Se han emitido varias adaptaciones radiofónicas en diferentes países, particularmente en Polonia e Italia, capturando la esencia de la historia a través de la narración dramática y la actuación de voz. Las adaptaciones de radio ayudaron a ampliar la accesibilidad de la historia, permitiéndole llegar a audiencias que tal vez no verían las versiones teatrales o cinematográficas.
8.9. Obras de teatro y representaciones teatrales
A lo largo de los años, Quo Vadis? ha inspirado numerosas adaptaciones teatrales en países como Polonia, Italia y Francia. Estas representaciones a menudo se centran en los momentos dramáticos de la novela, como las escenas del Coliseo y el encuentro de Pedro con el “Quo Vadis”. Las adaptaciones teatrales resaltan los elementos morales y filosóficos de la novela, permitiendo al público en vivo experimentar la intensidad emocional de las primeras luchas cristianas.
Quo Vadis: el significado del mensaje de Jesús a Pedro
El mensaje de Jesús a Pedro en respuesta a su pregunta, encierra implicaciones profundas, más allá de su literalidad.
El papel de Pedro como seguidor de Cristo
La respuesta de Jesús a Pedro: “Adonde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde”, indica un futuro camino de discipulado marcado por el sacrificio. Esto prefigura el papel de Pedro no solo como discípulo, sino como alguien que finalmente encarnaría las enseñanzas de Cristo a través de su propio martirio, convirtiéndolo en un ejemplo a seguir para los primeros cristianos.
Un llamado al crecimiento espiritual
La declaración de Jesús sugiere que Pedro todavía tiene un crecimiento espiritual por delante. El camino de aprendizaje de Pedro lo prepararía para su papel final como figura fundacional de la Iglesia. Este “seguir después” implica que su fe y su carácter necesitan ser refinados para seguir el camino de Cristo.
Aceptación del plan de Dios
El mensaje de Jesús a Pedro indica que existe un propósito divino que Pedro debe aceptar. Su disposición a ir, incluso cuando no comprende del todo, se convierte en un modelo para que los cristianos confíen en el plan de Dios, incluso cuando difiere de sus propias intenciones o de sus propios tiempos.
Perdón y redención
A pesar de la negación de Pedro, la promesa que Jesús le hizo de que lo “seguiría más tarde” ofrece una promesa de redención. Después de la negación de Pedro, esta garantía adquiere una cualidad redentora, ya que Jesús más tarde lo restituye y le pide que “apaciente mis ovejas” (Juan 21:17). Esto pone de relieve una creencia cristiana clave: que el arrepentimiento y la fe pueden restaurar a la persona a su llamado.
El liderazgo y la responsabilidad de Pedro
La profecía de Jesús no sólo se refiere al camino personal de Pedro, sino que también insinúa el papel de liderazgo que asumirá. Al seguir a Jesús hasta el final, Pedro se convierte en la “roca” sobre la que se construye la Iglesia. El concepto de “seguimiento” aquí trasciende la proximidad física y se convierte en un camino espiritual y moral que Pedro allanará para los demás. Es la Iglesia misma quien seguirá a Jesús «más tarde».
La fe es puesta a prueba
La predicción de Jesús sobre el futuro camino de Pedro subraya un camino de fe que es puesto a prueba por los hechos. Tanto el encuentro descrito en (Juan 13:36) como el descrito por Santiago de la Vorágine, destaca la lucha humana entre la fe y el miedo. Sin embargo, la trayectoria vital de Pedro, y su martirio final, demuestra el triunfo de la Fe.
El valor del autosacrificio y el tema del martirio
En el contexto de Juan 13:36 y la historia de Quo Vadis, las palabras de Jesús actúan como un llamado al martirio. Significan que, si bien Pedro podría no entender o no estar listo para seguirlo de inmediato, su camino en última instancia implicará dar su vida por la fe, tal como lo hizo Cristo. Este mensaje arraigó profundamente entre los primeros cristianos, quienes veían el martirio como el acto máximo de fe, como un gran ejemplo del espíritu cristiano de autosacrificio y fidelidad al llamado de Dios.
En la teología católica, Quo Vadis? funciona como una metáfora del camino cristiano más amplio, que refleja la lucha constante entre la fe y las presiones sociales.
Más allá de los hechos y las palabras el mensaje del encuentro de Pedro y Jesús supone un llamado profundo hacia la madurez espiritual y el liderazgo, a través del sacrificio y la fe. Quo Vadis? sirve como un conmovedor recordatorio de la necesidad de reflexionar sobre su camino a seguir, manteniendo un equilibrio entre la tradición y la adaptación a la modernidad. Quo Vadis? plantea a la comunidad de la Iglesia cómo responder eficazmente a los desafíos a los que nos enfrentamos individualmente y como sociedad, sin perder la fidelidad a nuestros valores y a las enseñanzas fundamentales del Nuevo Testamento. La expresión invita a la reflexión sobre la misión y la identidad de la Iglesia en el mundo moderno, y por ello se ha considerado como la ideal para encabezar el lema del congreso promovido por ACdP y CEU.
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